LA
VIRGEN DEL CAMPO VOLVIO A DESFILAR POR LAS
CALLES DE PINILLA DEL OLMO...
La última vez que se
celebraron las fiestas de la Virgen del
Campo, en Pinilla del Olmo, fue en 1952. Lo
dice el Virgilio, que sabe que fue el año en
el que murió su padre, Antonio García, que
era secretario y sacristán del término,
menester que también había ejercido su
abuelo Eloy, que cantaba los latines con la
misma propiedad que los curas. Después, se
empezaron a celebrar solo las fiestas de la
Virgen del Tremedal, que eran, y siguen
siendo, el segundo domingo de Septiembre, y
el caso es que por entonces las gentes
empezaron a vender los aperos y a marcharse a
las ciudades, y tampoco había ambiente para
mantener dos fiestas y las consiguientes
músicas y convites.
Por eso, la
Virgen del Campo se quedó encerrada en la
iglesia, siendo la del Tremedal la afortunada
y a la que año tras año llevaron en andas
por las calles de Pinilla, con un cortejo
cada vez más reducido de autoridades y
compañía. Y en un 14 de Agosto del 2004,
por iniciativa de unos pocos hijos del pueblo
residentes en distintas ciudades, nos
decidimos aprovechar la coincidencia de que
la mayoría estamos de vacaciones y nos hemos
convocado para volver al pueblo en el que
muchos nacieron, o en todo caso, donde
nacieron nuestros padres. Así, tras el
emplazamiento, empezaron a contabilizarse
asistentes, llevando Raúl la lista. En la
víspera del evento ya se había montado el
tinglado y la pancarta en plena calle de los
Olmos, aprovechando el mínimo espacio
pavimentado de la localidad, y aplicándose
en la tarea en especial Toño, que trabajó
duro en el montaje de toldo, mesas y
asientos. Para animar a los voluntarios, y en
la noche anterior, preparó la Montse un
memorable chocolate con picatostes, que
compensó esfuerzos de los currantes.
Al día
siguiente, a primera hora, empezaron a llegar
coches con pinillejos informados del
resurgimiento de la fiesta de la Virgen del
Campo. Unos, por el boca a boca, otros como
Jaime Salces, nieto de Julián el que fue
cartero, o José María García Lázaro y
abundante familia, enterados por internet, a
través de la página de Baraona, que llevan
Jaime Mas y Ángel García Casado, este
último que también aportó a la fiesta su
trabajo físico y su cámara fotográfica.
Resaltamos el ofrecimiento de la web
www.barahona.org que ha posibilitado la
propagación de noticias de Pinilla del Olmo
y el aviso a los gallarones del
mundo mundial. Llamadas cuantas gentes
tuvieran algo que ver con el lugar, y con las
prevenciones y desconfianzas de todo ensayo y
novedad, constatamos con entusiasmo que cerca
de doscientas personas entraban en la iglesia
de la Virgen del Campo
cuando a las doce del mediodía sonaban de
nuevo las campanas. Antes, la orquesta Dani,
formada por el señor Daniel de Matamala, y
su hijo el Joaquinito, habían despertado al
personal con la música del pasacalles
Paquito El Chocolatero y otros pasodobles de
sonsonete antiguo.
Se exhibieron en la
iglesia, limpia cual patena gracias a los
afanes de las mujeres, los ternos bordados en
plata, y en el momento preceptivo de la misa
aprovechó el párroco para reiterar su
mensaje acostumbrado: Que los ternos
estarían mejor en el museo diocesano de El
Burgo de Osma, y que un cartel recordaría la
procedencia además de traerse cada cinco
años para que se pudiesen contemplar en
Pinilla. Los asistentes a la santa misa, como
siempre, miraron en la ocasión a unas
reliquias de San Blas recién encontradas en
los anaqueles de la sacristía y no dijeron
nada, y hasta el año que viene, que don
Jacinto volverá con el mensaje. Por cierto,
que hay que enterarse de quien pudo donar
dichos ternos a la parroquia de Pinilla del
Olmo, que son trabajo delicado y valioso pero
nada concorde con las eternas penurias
económicas que siempre han agobiado a
nuestro poblado. La Isidra, me susurra, que
debió donarlos hace muchos años un
pinillejo que estaba de secretario con un
Papa de los de Roma.
Actuó
en la misa, magnífica, la Coral de
Coscurita, con músicas de violín y voces
blancas y culminó la actuación
interpretando la Salve de los
marines al decir de don Jacinto. Se
leyeron poemas a la Virgen de Exuper, que con
emoción y entonación adecuada nos trasladó
su hija Marisa. Bajo la solanera dieron a la
Virgen del Campo una vuelta por las calles,
llenas de malezas y cardos, que debe ser muy
difícil conseguir una desbrozadota para
limpiar de malas hierbas el despueblo y
tampoco este año ha sido posible organizar
hacendera de limpieza. Confortada y oreada la
imagen con el paseo, y con otras músicas a
cargo del dúo Dani, se montó el vermú,
tomando Clemente Momblona las riendas del
bar, a espera de que llegase el Teodoro desde
Almazán con los corderos asados en el horno
de Emilio, que hay que certificar que la
carne mereció la más alta nota.
Ciento
cincuenta personas soportaban el calor bajo
los toldos que don Jacinto se había mercado.
Sentados en bidones, que anteayer fueron
continente de pegamentos industriales, de lo
que derivaba la calavera impresa en su cuerpo
de chapa, y que reconvertidos en asientos
cubrían perfectamente su función para el
reposo de posaderas.
Y tales inventos
y soluciones imaginativas, y otras buenas
voluntades, sirvieron para conseguir el fin
perseguido que no era otro que la
confraternización a escote, si bien en la
ocasión se originó el previsto déficit
entre gastos e ingresos, que asumió
generosamente la autoridad religiosa, a
espera de resolver el capítulo en otro
ejercicio festivo en el que se compensarán
partidas deudoras.. Al respecto, el que
firma, que cree sobre todas las cosas en la
iniciativa de la sociedad civil, formula su
agradecimiento a nuestro obispo técnico
rural don Jacinto, con el que uno puede tener
discrepancias sobre su particular
interpretación de los Evangelios y sobre las
formas de propiciar la transigencia y la
concordia entre la feligresía, pero tiene
que reconocer y reconoce que sin su
dedicación, obstinación, idas y vueltas, y
otras imposiciones de métodos y recetas con
langostinos al ajillo, no hubiese sido
posible que hoy contemos lo bonito y lo
emocionante que resultó la fiesta.. Que
ahora es fácil haber aprendido la lección y
tomar nota de fallos para superarlos al año
próximo en el que será preciso organizar
una Comisión de Festejos, en la que don
Jacinto tenga un sitio, pero que seamos más
los responsables entre los que se reparta la
tarea, cada uno en un menester concorde con
sus personales habilidades.
Pinilla del Olmo ha salido por fin en los
periódicos provinciales y de su fiesta se ha
hablado en la radio, con lo que se diría que el
término quiere resurgir de su estado de
ruina y abandono, y sus hijos, o los hijos de
sus hijos, van entendiendo que es lugar
apacible y tranquilo, y tantas casas de
piedra derruidas pueden recomponerse y
rehabilitarse. El Juanito y la Paquita,
Mercedes y Carlos, Dori, y otros varios,
cuando el dúo Dani sigue tocando lo del
ya viene el negro zumbón, bailando
alegre el baión... comentan que ellos
también van a pedir presupuestos a los
albañiles que operen por los contornos. El
alcalde de Baraona, Martín Casado, que ha
asistido a la celebración, nos acompaña y
comenta que está prevista una partida
presupuestaria de cuatro millones de pesetas
para proseguir el pavimentado de calles, y en
su día habrá que pensar en reparar el
tejado de lo que fue la Casa Consistorial, y
proseguir las obras por otras vías
públicas. Insiste Martín, estando a su lado
el alcalde pedáneo que es José Luis, que es
preciso cerrar capítulo de divergencias
entre los censados y otros propietarios de
montes y fincas del término, y poner de una
puñetera vez las cuentas a cero y con el
pensamiento de que agua pasada no mueve
molino, conseguir que la pedanía prospere,
ya que las enraizadas hostilidades entre
familias no pueden justificar evidentes
abandonos de espacios e intereses del común.
Bailan con
gracia y ritmo los jóvenes ochentones, que
son Restituto, Exuper, Carmen, y otros más
chavales como Fiacrio, Conce o Felipa, A los
nietos de Virgilio y de Isidra, que son
rubios como guiris, se les ve felices con los
entusiasmos musicales del Joaquinito, que a
las once de la noche toca la batería con la
energía de los incombustibles. En el azul
del cielo rebrilla la luna creciente,
mientras Sarita intenta subirse al perro
dálmata como si fuese su caballo. Entre los
que nos cenamos el resto de los langostinos
surge el compromiso de hacer algo para que
este pueblo deje de presentarse como uno de
esos Puertos Urracos de la España lamentable
y profunda, y que en el futuro pueda
convertirse en una residencia apacible en la
que sepamos convivir tanto quienes resisten
en aquellos pagos, como quienes nos escapamos
en cuando podemos desde la vida tonta y
ajetreada de las ciudades buscando el sosiego
y los buenos aires de aquellos solares, a
cuyas ventajas se ha añadido la maravillosa
carretera recién reparada. Y lo mejor, para
conseguirlo, es pensar en aquellos lejanos
tiempos, que muchos todavía recuerdan, y a
otros nos lo han contado, cuando la gentes se
llevaban bien y compartían el horno y las
mujeres hacían el pan por turno, o limpiaban
entre todos los pozos, y celebraban las
alegrías o se ayudaban en las desgracias, a
pesar de que siempre hubo sus más y sus
menos, bien por las mojoneras o por cosa de
las ovejas. Y tras leer las poesías que
Julio Lázaro nos ha dejado para la ocasión,
se procedió a recoger los enseres y los
restos de la fiesta, mientras se desgranaban
proyectos para el año próximo.
-
A ti que no se te olvide traer a tu amigo el
relojero para que ponga a punto el reloj de
la torre...
- Y hay que buscar subvenciones para reparar
el horno y la fragua. Que si no lloramos no
mamamos...
- Y para procurarnos fondos hay que vender
camisetas que tengan impresa la imagen de la
ermita de la Soledad...
- Hay que subastar los cordones del
estandarte...
- Y montar con antelación una Comisión de
Festejos, presidida por el alcalde pedáneo,
que organice el cotarro y busque los apoyos
previstos para estos eventos festivos.
- Al año que viene, habrá que meter el vino
en calderos con agua fresca para tomarlo a
mejor temperatura...
- Y habrá que cerrar de una vez el capítulo
de cuentas y poner a cero las partidas
municipales y así conseguir sacar las
mejores condiciones en las subastas del coto
de caza...
- No te olvides de que también se puede
sacar dinero con las trufas...
- Y plantar nuevos árboles, que sustituyan a
los olmos que mató la grafiosis...
JAVIER D.
NARBAIZA
Estas son otras fotos de la celebración
Pinilla 14 de agosto de 2004.
Si alguien quiere añadir o quitar alguna:
Pulsando la imagen pequeña, se abrirá a
tamaño mayor. Colocando el ratón sobre
algunas imágenes, se lee una pequeña
descripción.
Fotos de A. García, Raúl Garcia, J.
Salces, J.D. Narbaiza y D. Momblona.